El Coordinador en Tucumán de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF), Rafael Sánchez, junto al equipo técnico de la SAF que trabaja en la zona, realizó un recorrido por el territorio y observó los avances en las obras de la bodega comunitaria y el desarrollo del proyecto general que integra el desarrollo vitivinícola, la producción de artesanías, el turismo rural y la soberanía alimentaria.
Para la terminación y puesta en marcha de la Bodega Comunitaria Los Amaichas y el acondicionamiento del paseo artesanal que funcionará en el mismo predio, el Ministerio de Agroindustria aportó este año $ 3,9 millones. Los fondos están destinados a concluir la obra edilicia, colocar aberturas, montar el laboratorio, habilitar una segunda cava, adquirir la línea de fraccionamiento y nuevos tanques para aumentar la producción.
La SAF acompaña a la Comunidad Indígena de Amaicha del Valle en su proyecto comunitario, que tiene como objetivo alcanzar “el Buen vivir de los Amaichas (Sumaj Kawsay), que es el desarrollo autónomo de la comunidad en equilibrio con la Pachamama” afirmó, el Cacique y Comisionado Comunal de Amaicha, Eduardo Nieva, proyecto que se apoya en la Bodega Comunitaria ‘Los Amaichas’.
Desde 2009, un equipo técnico de la Secretaría de Agricultura Familiar apoya el desarrollo del proyecto comunitario brindando acompañamiento, capacitaciones y asistencia técnica. “Nuestro trabajo tiene un enfoque socioterritorial, es decir, damos cobertura a todo un territorio con su complejidad, acompañando los procesos organizativos, atendiendo las problemáticas integralmente, desde lo económico, social, educativo, habitacional, de servicios, comunicaciones; y articulando con otras organizaciones del ámbito público, privado y de la sociedad civil”, detalló el técnico de la SA, Mario Arias.
Desde 2009, se capacitó a comuneros sobre manejo de viñedos, se distribuyeron 47.000 plantas de uva Malbec, entre comuneros de Amaicha y Quilmes, de acuerdo a capacidad y posibilidad de cada uno; y se mejoraron las plantas de los viejos parrales de uva criolla.
Para los elaboradores de vino casero (utilizan uva criolla), la Comunidad dispuso dos equipos móviles que incluyen prensa, despalilladora y moledora, embotelladora y encorchadora; que permiten optimizar el tiempo y la calidad de elaboración. Hay 22 elaboradores de vino casero de la comunidad inscriptos en el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que producen entre 1.000 y 2.000 litros de vino anualmente cada uno.
A su vez, se construyó la bodega comunitaria Los Amaichas con capacidad para 50.000 litros -con la posibilidad para ampliarla-, donde trabajan 12 jóvenes comuneros.
Se procesa la ‘uva fina’ y una pequeña proporción de ‘criolla’, que permitirá introducir un corte al Malbec aportando singularidad e identidad al primer vino producido por una Bodega Comunitaria perteneciente a un pueblo originario.
La bodega es propiedad comunitaria; los productores fijan un precio justo para la uva que entregan, con la cual se elabora el vino; se acuerdan las condiciones con la Administración (se comercializa o se realiza otro tipo de intercambio), y una vez que se cubren los costos de producción, el beneficio vuelve al productor “pagándose la uva a un precio mayor que el de mercado, en el Valle. El sistema es más justo y equitativo”, opinó Nieva.